Ramón Varela, Editor adjunto de Ecología Marina, Oceanografía y Pesquerías
La revista Memoria salió a la luz 16 meses después de haberse constituido la Sociedad de Ciencias Naturales La Salle en la ciudad de Caracas (SCNLS, marzo de 1940), tuvo su origen y sede en el Colegio de los Hermanos de La Salle en Tienda Honda. Allı́ el Hermano Ginés (Pablo Mandazen Soto) fundó dicha Sociedad con el apoyo de profesionales de las Ciencias Naturales y un entusiasta grupo de estudiantes de los últimos cursos de bachillerato del colegio. Con un conocimiento y conceptos muy claros de cómo funciona la investigación científica, decidieron que era muy importante que la recién creada Sociedad tuviera un medio propio de difusión, que en aquellos tiempos era una rara novedad, pues en el paı́s solo existı́a el “Boletı́n de la Sociedad Venezolana de Ciencias Naturales” como revista especializada.
Es destacable que el Hno. Ginés tuviese una formación cientı́fica tan bien asentada en la década de los 30, un veinteañero que aún no era estudiante universitario. Su formación en ese tiempo lo era en el ámbito del magisterio de alto nivel, y tenı́a conocimiento que un trabajo cientı́fico no está finalizado si sus resultados no se difunden. Por eso enseguida organizó la publicación de la “Memoria de la Sociedad de Ciencias Naturales La Salle”. En una década difı́cil por la guerra que asolaba buena parte del mundo y el mı́nimo desarrollo que aún tenı́an las ciencias en el paı́s. Es evidente que, al año de llegar a Venezuela desde Colombia y ocho años antes de España, el Hermano logró captar muy buenos asesores, y haber hecho relaciones con la mayor parte de los profesionales en Ciencias Naturales en el paı́s, que en aquella época eran pocos, aunque destacados: Henri Pittier, Agusto Pi-Suñer, Eduardo Röhl, Alfredo Jahn, William H. Phelps, Edgardo Mondolfi y Francisco Tamayo.
Ası́ que conformó la Sociedad como una academia, intento que ya habı́a abordado en Barranquilla, Colombia; pero no solo con renombrados investigadores que fueron atraı́dos y colaboraron con la idea, sino poniéndolos en reacción con un grupo formado por una decena de estudiantes de bachillerato, y pronto con algunos más ya universitarios. En realidad ellos eran los realizadores principales de todas las actividades para aprender y generar ciencia. Cuando apareció la Memoria los miembros de la Sociedad ya eran 21 activos y 15 correspondientes.
En tan larga trayectoria la revista ha pasado por diferentes etapas, con épocas de gran desarrollo e impacto, a otras más débiles y de estrecheces —sobre todo económicas— pero también variables por el nivel de capacidad de edición y los esenciales aportes de los autores.
La revista tuvo un carácter divulgativo en sus primeros cinco años, en una década donde el conocimiento cientı́fico iba permeando en la sociedad venezolana como novedad, a raı́z de las numerosas aplicaciones que se estaban produciendo a partir del conocimiento cientı́fico, como la televisión, la radiactividad del átomo, la evolución de las especies, la plasmogénesis, una nueva visión y valoración de las culturas aborı́genes, los avances en la parasitologı́a y los nuevos materiales. Ası́ los temas que trató la revista estuvieron relacionados con la Zoologı́a, Botánica, Etnografı́a, Antropologı́a, Folklore, Geografı́a, Climatologı́a, Geologı́a, Mineralogı́a, Pesquerı́as, Oceanografı́a, Quı́mica, Fı́sica, Biologı́a, Parasitologı́a (Medicina social). En esta etapa inicial se presentaban resultados de las actividades y expediciones de la Sociedad como una real “memoria” de la Institución, con interesantes y entrañables crónicas de las salidas “al monte y al mar”, escritas por las mentes de jóvenes citadinos que descubrı́an lo soterrado, la cultura de los pueblos y la diversidad de la vida de las regiones del paı́s. Crónicas que son útiles hoy para el conocimiento de los cambios en la nación. Los primeros editores entre 1941 y 1945 fueron el Hno. Ginés, Gustavo Linares y Luis Ocando. En esta etapa salieron 14 números con unas 68 páginas.
La publicación se desarrolló pronto hacia una de carácter científico y arbitrada. Ası́, entre 1946 y 1951 vino una etapa de transición, con un mayor número de trabajos con criterio científico (artı́culos inéditos o revisiones de un tema en particular). Cambia a un formato más pequeño que se ha mantenido en el tiempo. Se uniformizó el estilo de la portada, el color se hizo norma en la misma —un gran lujo en la época— siendo casi siempre un dibujo sobre uno de los temas tratado en la revista. Los trabajos de Antropologı́a, Etnografı́a y Arqueologı́a adquirieron notable relevancia. Se reducen la cantidad de artı́culos sobre Quı́mica, Fı́sica, Geologı́a y Mineralogı́a, disciplinas que luego solo reaparecen aplicadas a estudios relacionados con la Oceanografı́a y Geografı́a; ası́ los temas biológicos van dominando el contenido. Se publican dos o tres números al año con un promedio de 90 páginas.
Cabe destacar que la cantidad de artı́culos propuestos indujeron a crear otra publicación “Novedades científicas del Museo de Historia Natural La Salle” como contribuciones ocasionales de dicho museo (MHNLS) que era la actividad práctica primaria y central de la SCNLS. Esta se trataba de una publicación que involucraba un solo artı́culo en el área de la taxonomı́a que requerı́an de una pronta difusión, estrategia muy empleada en la primera mitad del siglo XX por parte de los museos. Esta publicación derivada de la Memoria estuvo activa de 1949 a 1971 y se publicaron 37 números.
La siguiente etapa fue de expansión con trabajos cientı́ficos de gran calidad, con importantes aportes para las Ciencias Naturales y la Antropologı́a. La revista ganó en consideración, y se distribuyó por subscripción a numerosas instituciones nacionales e internacionales, individuos profesionales y bibliotecas. Transcurre la década de los cincuenta (1952–1959) cuando hubo un profundo cambio socioeconómico en el paı́s marcado por un rápido desarrollo. Se modificó la portada, el número de páginas llegó hasta 160, y se publicaron tres números al año. El trabajo en la edición se distribuyó entre el Hno. Ginés, Luis Rivas, Felipe Matos y Sergio Arias. La SCNLS comienza a editar otra revista, “Natura” (impresa entre 1958-2006) de corte divulgativo, para sustituir ese importante papel que tenı́a la Memoria en sus primeros años.
Un cambio notable se aprecia a partir de 1960, pues ocurrieron dos hechos significativos. La SCNLS dio origen a la Fundación La Salle de Ciencias Naturales (FLASA, 1957) y los temas relacionados con la Antropologı́a, Arqueologı́a y Ciencias Sociales pasaron a tener ya en 1956 una nueva revista exclusiva la “Antropológica”, activa en la actualidad. De modo que Memoria se concretó más en temas de las Ciencias Naturales. Esto redujo su extensión a unas 80 páginas aunque se continuó sacando tres números al año. Pero la influencia de las actividades de Fundación La Salle se comenzó a manifestar, pues se difunden los primeros resultados de los estudios de la Estación de Investigaciones Marinas de Margarita (EDIMAR), y se incrementó 6 Editorial la participación de autores de institutos extranjeros. Entre 1960 y 1977 la dirige una comisión editora: Fernando Cervigón, Felipe Matos, Luis J. Joly, y el Hno. Ginés como editor principal. En cuanto al estilo mantuvo el formato, pero ahora la fotografı́a domina en las portadas y su diagramación cambia con frecuencia.
Con el natural incremento de los investigadores y su actividad en el paı́s, entre 1978 y 1998 aparecieron nuevas revistas especializadas, particularmente de institutos de investigación adscritos a universidades y sociedades. La Memoria igualmente publica una creciente cantidad de artı́culos, y los temas son más diversos, pues influyen notablemente los resultados del MHNLS, EDIMAR, EHIDEGU, centros de investigación de la Fundación La Salle dedicados al estudio de la flora y fauna terrestres, el ambiente marino, y la hidrobiologı́a de las aguas continentales. También hubo una mayor participación de investigadores de otras instituciones. Solo se publican dos números al año pero con más páginas (hasta 180). Esto para ahorrar costos de impresión y de envı́o por correo, pero con la desventaja de una mayor espera para los autores, lo que a la larga resultaba negativo. Continuó el Hno. Ginés como editor con la asistencia del Hno. Jesús Hoyos, José Antonio Monente y Enrique Vásquez.
En 1999 la revista cambia de nombre a “Memoria de la Fundación La Salle de Ciencias Naturales”. De hecho la revista ya estaba administrada por esta Fundación desde 1991. Como consecuencia de cambios en la estructura y misión de la SCNLS, dedicada a partir de los años ochenta a temas de conservación de la naturaleza, y con la revista Natura bien establecida como su medio divulgativo de difusión. También, ya antes el Museo de Historia Natural La Salle habı́a pasado a formar parte de Fundación La Salle (1982) con una plantilla estable de profesionales, con la asistencia de becarios y voluntarios. Cabe destacar que el personal del Museo ha sido desde sus lejanos inicios hasta el presente responsable de la producción de la revista. Entre 1999 y 2010 hubo diversidad de temas pero con predominio de los zoológicos, y con amplia participación de investigadores de otras instituciones. Muestra una gran calidad de impresión y volumen de artı́culos. Se nombró al Hno. Ginés como editor fundador y la labor editorial recayó en Daniel Lew, Carlos Lasso, J. Celsa Señaris.
Severas dificultades comienzan a partir de 2011 que comprometen la continuidad de la revista. La principal por el egreso del personal que la dirigı́a durante los años 2010 a 2012 y en parte por los costos de impresión y envı́o; problema común para otras revistas técnicas del paı́s. El último volumen impreso en papel fue dedicado al Hermano Ginés, quien fallece en 2011 evento que coincidió con los 70 años de la revista. Este número doble, especial, con 15 artı́culos en 290 páginas, no se logró imprimir hasta octubre del 2014. En consecuencia la Memoria dejó de salir durante dos años, siendo ese el lapso más amplio en su trayectoria. La actividad editorial se retomó de modo digital. Ası́ comienza su publicación en este soporte en el 2015, y para el 2017 habı́a publicados en lı́nea cuatro volúmenes que dieron cabida a los trabajos pendientes. A partir de 2017, con el volumen 75 se logró reducir a unos meses el perı́odo entre la recepción y publicación de los artı́culos. Sin embargo, debido a una compleja situación socioeconómica del paı́s, y una menor actividad cientı́fica, hasta el 2020 solo se ha estado publicado un número al año.
Las plataformas digitales para su difusión son http://flasa.msinfo.info/portal/ y con el gentil apoyo de la plataforma Saber de la Universidad Central de Venezuela, dentro del sistema Open Journal Systems http://saber.ucv.ve/ ojs/index.php/rev_mem/
En la revista se han publicado 1.165 artı́culos, de los cuales 239 lo fueron desde 1999, elaborados por 222 autores de 88 instituciones o 7 Mem. Fund. La Salle Cienc. Nat., 2021, 79(187) centros de investigación, mayormente de Venezuela pero también de otros nueve paı́ses.
La revista aportó valiosos datos al desarrollo de la nación en áreas como Parques Nacionales, ordenamiento territorial, evaluaciones de recursos naturales y de impacto ambiental, ası́ como a la difusión de costumbres y valoración de las culturas indı́genas. Se recuerda aquı́ grandes temas que fueron particularmente desarrollados en la revista en un número monográfico o en múltiples artı́culos. Ası́ se destacan: Estudio de la región de la Laguna de Tacarigua (1949). Geografı́a y Etnografı́a región de los rı́os Sipapo, Autana, Alto Orinoco (1949). Conocimiento de la región de Baruta El Hatillo (1949). Los Diablos danzantes de Yare (1952). Condiciones de la vida de la trucha en Mérida (1952). La SCNLS en la Región de Perijá, que también fue reimpreso como un libro por la Universidad del Zulia (1952 –1953). Artı́culos sobre el Delta del Orinoco y la población Warao (1956). Trabajos en la isla de Margarita sobre la fauna, flora, su gente y ambiente (1961–1965). Estudio del ecosistema pelágico del NE de Venezuela (1961– 1965). Exploración pesquera de las costas de las Guayanas y Surinam con el buque La Salle (1968). Ecologı́a de la Isla de Aves y otras pequeñas islas, Los Roques, La Orchila, La Tortuga, Las Aves, La Blanquilla, Los Frailes, Los Testigos (1940-2000). Ornitologı́a y Botánica de la Hacienda El Limón, parte del primer estudio de impacto ambiental realizado en el paı́s (1972-1976). Claves de identificación de los peces marinos (1978). La monografı́a sobre la musculatura del mono viudita (1981). La cuenca del Orinoco, fauna, flora, rı́os y lagunas (1984-1989). Numerosos aportes a la biodiversidad de los peces de aguas continentales (1988-), e igualmente en el área de los reptiles y anfibios. Especial relevancia se dio a la biodiversidad de la Guayana venezolana (2003), estos trabajos se difundieron además en un CD “De la Orinoquia venezolana” que recopila 349 artı́culos (2011). En la revista se publicaron en ocasiones trabajos presentados en congresos y simposios como: El II Congreso de Ciencias Naturales y Afines (1951). Memorias del Congreso Iberoamericano y del Caribe sobre Pesca y acuicultura (1988) con temas de Tecnologı́a alimentos marinos, Oceanografı́a, Pesquerı́as, Limnologı́a, Acuicultura. La compilación de estudios presentados en el Simposio “Extinción en Margarita” durante el V Congreso Venezolano de Ecologı́a (2007) y el número especial sobre tortugas continentales de Venezuela (2012).
Muchos han colaborado de modo desinteresado con la revista, una especial mención aquı́ la merecen los anónimos árbitros que realizan la labor más esencial en este tipo de publicaciones. Los ilustradores de otros tiempos, artistas siempre necesarios en la elaboración de las publicaciones, como lo fueron con frecuencia Giorgio Voltolina y Alfredo Almeida. El personal de apoyo en especial para la diagramación destacando la labor de Cecilia Ianni desde 1980 y los que fueron gestores de muchas ediciones, Ana Marı́n, Henry Egañez y Doris Palma por mencionar los conocidos de las cuatro últimas décadas. Además del impacto, como se suele decir de las revistas, en su ámbito como difusoras de temas para incrementar el conocimiento, en el caso particular de la Memoria destaca un factor de formación y entrenamiento para el trabajo, sitio donde los autores noveles siempre pudieron publicar sus trabajos, con rı́gida revisión junto a los experimentados. De modo que muchos profesionales vieron su primer artı́culo en las páginas de la revista. Jóvenes que colaboraron con la revista en sus años de estudiante, luego fueron editores de esta y otras revistas, por lo que también ha sido un medio de aprendizaje de la actividad editorial. En ese sentido sigue siendo lo que plantea la editorial del primer número: La Memoria quiere ser un punto de partida para la conquista de nuevas iniciativas. Para el conocimiento del diverso campo de las Ciencias Naturales y un camino abierto para la formación de profesionales, asistiendo de ese modo al florecimiento de la cultura y la conciencia.
Publicado en la edición 187 de la revista «Memoria» de la Fundación La Salle de Ciencias Naturales